El virus de la inmunodeficiencia humana causa la
infección por el VIH y el SIDA. El virus ataca el sistema inmunitario. A medida
que el sistema inmunitario se debilita, el cuerpo queda en riesgo de contraer cánceres
e infecciones que pueden ser mortales. Una vez que una persona tiene el virus,
éste permanece dentro del cuerpo de por vida.
Causas
El virus se propaga (transmite) de una persona a otra
de cualquiera de las siguientes maneras:
- A través del contacto sexual: incluido el sexo oral, vaginal y anal.
- A través de la sangre: por transfusiones de sangre (ahora muy infrecuente en los Estados Unidos) o con mucha frecuencia por compartir agujas
- De la madre al hijo: una mujer embarazada puede transmitirle el virus a su feto a través de la circulación sanguínea compartida, o una madre lactante puede pasárselo a su bebé por medio de la leche materna.
El virus no se transmite por:
- Contacto casual como un abrazo.
- Mosquitos.
- Participación en deportes.
- Tocar cosas que hayan sido tocadas con anterioridad por una persona infectada con el virus.
El VIH y la donación de sangre u órganos:
- El VIH no se transmite a una persona que done sangre u órganos. Las personas que donan órganos nunca entran en contacto directo con quienes los reciben. De la misma manera, alguien que dona sangre nunca tiene contacto con el que la recibe. En todos estos procedimientos se utilizan agujas e instrumentos estériles.
- Sin embargo, el VIH se puede transmitir a la persona que recibe sangre u órganos de un donante infectado. Para reducir este riesgo, los bancos de sangre y los programas de donación de órganos hacen chequeos (exámenes) minuciosos a los donantes, la sangre y los tejidos.
Entre las personas con mayor riesgo de contraer el VIH
están:
- Drogadictos que se inyectan drogas y luego comparten agujas.
- Bebés nacidos de madres con VIH que no recibieron tratamiento contra el virus durante el embarazo.
- Personas involucradas en relaciones sexuales sin protección, especialmente con individuos que tengan otros comportamientos de alto riesgo, que sean VIH positivos o que tengan SIDA.
- Personas que recibieron transfusiones de sangre o hemoderivados entre 1977 y 1985 (antes de que las pruebas de detección para el virus se volvieran una práctica habitual).
- Los compañeros sexuales de personas que participan en actividades de alto riesgo (como el uso de drogas inyectables o el sexo anal).
Después de que el VIH infecta el organismo, el virus
se encuentra en muchos fluidos y tejidos diferentes en el cuerpo:
- Se ha demostrado que únicamente el semen, la sangre, el flujo vaginal y la leche materna le transmiten la infección a otros.
- El virus también se puede encontrar en la saliva, las lágrimas, el tejido del sistema nervioso, el líquido cefalorraquídeo y la sangre.
Síntomas
Los síntomas relacionados con la infección aguda por
VIH (cuando una persona se infecta por primera vez) a menudo son similares a la
gripe y abarcan:
- Diarrea
- Fiebre
- Dolor de cabeza
- Úlceras bucales, incluso infección por hongos (candidiasis)
- Rigidez o dolor muscular
- Sudores fríos
- Erupciones de diferentes tipos
- Dolor de garganta
- Ganglios linfáticos inflamados
Muchas personas no tienen síntomas cuando se les
diagnostica el VIH.
La infección aguda por VIH progresa durante unas
semanas hasta meses para convertirse en una infección por VIH asintomática (sin
síntomas). Esta etapa puede durar 10 años o más. Durante este período, la
persona aún puede transmitir el virus a otras personas.
De no recibir tratamiento, casi todas las personas
infectadas con el VIH contraerán el SIDA. Hay un pequeño grupo de pacientes con
VIH que desarrolla el SIDA muy lentamente o que nunca lo padecen. A estos
individuos se los llama pacientes sin progresión de la enfermedad. Muchos
parecen tener genes que impiden que el virus cause mayor daño a su sistema
inmunitario.
Las personas con SIDA han tenido su sistema
inmunitario dañado por el VIH y están en muy alto riesgo de contraer
infecciones que son infrecuentes en personas con un sistema inmunitario
saludable. Estas infecciones se denominan oportunistas.
Los síntomas comunes son:
- Escalofríos
- Fiebre
- Salpullido
- Sudores (particularmente en la noche)
- Ganglios linfáticos inflamados
- Debilidad
- Pérdida de peso